lunes, 11 de mayo de 2009

Crónica de una derrota anunciada

la esperanza 3- RIVADAVIA 1 (uh...y ahora?)



Sábado a la tarde. Hora de ir a ver al fortín. Tengo más ganas que de costumbre de ir a la cancha, porque "a mala racha, nucha garganta". Llego a la estación y ya está la mayoría reunida. Los condimentos de siempre en una previa con un poco menos de volúmen que las anteriores. Hasta que llega el transporte... parece que vacío le va a costar llegar a la esquina más cercana. Pero nos subimos todos con los bombos, los trapos, las bebidas y demás insumos necesarios para excursiones de este tipo. Y allá vamos. La secuencia del viaje podrías describirse así: vino, aliento, vino, aliento, churro, aliento, vino, churro, aliento...¿dónde estoy? ¿dónde vamos?...vino, aliento, guarda que se cae marcelo q está pa'tras...vino, aliento; uh! había birra (venga!!!). Se paró la chata: ¿qué pasó? algo en el motor. Párenlo a marcelo que quiere ponerle vino, que dice que a él le hace bien esa bebida. Ufff, salimos de nuevo, por suerte no duró mucho la parada. Tragamos un poco de tierra por las polvorientas calles aledaññas a la cancha y llegamos. Hay mucha gorra, mucha. Me pregunto por qué tanta: del local no hay ni 4, y nosotros no tenemos antecedentes por líos en la cancha. Ahora que alguien me diga como carajo esta cancha está habilitada por el coprosede, si sobre la calle opuesta a la entrada se puede pasar caminando como si nada. Por ese lado metimos los vinos que la gorra no nos dejo pasar por la entrada, je. Buéh, pasemos al partido. Con varias bajas por suspensión y otras supongo que por rendimiento, el fortín arrancó bien, o eso me pareció (a veces los efectos del alcohol alteran demasiado los sentidos). Y hasta íbamos ganando con un gol del 9 tras desborde y asistencia del Pini. Y por fin... GOOOOOOLLLL!!! GOOOOLLLLL, CARAJO!!! GOOOOLLLL! y hasta terminamos ganando el primer tiempo. Entretiempo: hora de reponer bebidas, de preparar más botellas cortadas y de que reaparezca ramón. Ahorta sí, listos. Empieza el segundo tiempo y otra vez sopa. Se vienen y se vienen los verdes de uatre. Hacemos agua. Con el Pato solo no alcanza. Nuestro aliento incondicional no contagia al equipo (al que no sienta la azulgrana le cuento que hay muchos otros equipos). Nos empatan. Alentamos más. Nos embocan el segundo. Escabienmos más. Nos perdemos el empate un par de veces. Una contra y la tercera puñalada al corazón azulgrana. K.O., cuenten hasta mil si quieren que no nos levantamos más... adentro de la cancha. Afuera seguimos a pleno, pero esta vez la banda hace oír su opinión (y no son precisamente elogios), arrancamos con aliento a los colores: "la camiseta azulgrana/se lleva en el corazón/ yo te sigo a todas partes/ aunque no salgas campeón"; que rápidamente muta en el más agresivo: "la camiseta azulgrana/ se tiene que transpirar/ y si no, nose la pongan/ váyanse no roben más". Y ya en tren de pedir, la banda no se anda con chiquitas: "mire mire que locura/ mire mire que emoción/ sáquense la camiseta/ dénsela a la hinchada que juega mejor". Igual, lo que más nos rompe las bolas es que algunos jugadores tienen menos compromiso con la azulgrana que isidoro cañones con el laburo. POR ESO, EN SEÑAL DE LUTO POR NUESTRA HISTORIA, NO HAY NI HABRA FOTOS EN ESTA CRONICA. El final del partido nos encontró alentando y esperando a ver si los camoteros que fueron a gritar de afuera iban a venir por los trapos, pero no pasó nada (a qué habrán ido?). A la salida me cruzo con un directivo que estaba en la lona, trato de animarlo y sigo caminando pensando que esta es una oportunidad para diferenciarnos aún más de las otras hinchadas. También pienso que falta mucho para el final de este VIA CRUCIS a la clasificación. Pero me subo al vehículo donde los choborras me están esperando y ahí nos hacemos notar otra vez: el viaje de regreso fué apoteótico, más fiesta que a la ida o durante el partido. Fue tanto el aliento que al llegar la gente nos preguntaba cuanto había ganado Rivadavia (ilusos!!!). Pero como todo lo bueno, esto también llegó a su fin; así que después del último tucacidio, cada uno se fue tras su destino. Con la frente bien alta, porque somos así, de baradero, rivadavia y lo demás nos chupa un huevo.


Club Atlético Bernardino Rivadavia
Pasión que se lleva en la sangre.
El más grande de todos es de la Estación.